Vi tus hermosos luceros en un cielo de mañana
Entre la multitud y la inquieta calma
Hace veintidós años aproximadamente
Me sorprendieron con su luz
Luceros que una tarde me siguieron en mi camino
Iluminando con inocencia un futuro, un destino
Que me daría un gran obsequio
Interminable, trascendente y vigente por siempre
Enseñándome que ningún lugar está lejos
Si se tiene ilusiones y nos atrevemos
A cruzar el puente hacia el infinito
Que los libros son como los amigos
Están allí siempre aunque no los vemos
Que al extender la mano nos sujetan fuerte
Y nos dan su mejor consejo…
si es necesario
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