Gran amigo
Que
cruzaste el Océano Atlántico
Sin padre
y sin madre
Sin
conocidos
Cargando
siempre contigo
La
esperanza de lo no prometido
Luchador
incansable
Tempranero
sin abrigo
Frutas
dulces
Trato
amable
Ojos
claros
El llano
apureño
Fue tu
último destino
Cabalgando
en un caballo blanco
Te
convertiste en testigo
De Dios
Y todos
sus ángeles
De la
sabana infinita
Y del río
de acuarelas
Que regó
las flores
Del último
nido
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